jueves, 9 de febrero de 2012

Alguna vez

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería todo si tú no estuvieras nunca más? Si de repente te hubieras ido, ¿cómo reaccionaría tu mundo? Cualquier cosa que te imagines no será cierta. No hay nada romántico sobre la muerte. La pena es como el océano: profunda y oscura, y más grande que todos nosotros. Y el dolor es como un ladrón en la noche. Silencioso. Persistente. Injusto. Pierde valor frente al tiempo, la fe y el amor.

Alguna vez me lo he preguntado. ¿Cómo reaccionaría tal persona o tal otra si yo muriera? Está claro que tus familiares más cercanos estarían dolidos. Pero supongo que habría reacciones de gente que no te esperaras, tanto para bien como para mal. Gente a la que crees que importas e igual te decepciona y gente con la que no tienes tanta afinidad y le afectaría más de lo que imaginas.

Si me pasase, me gustaría mirar por un agujerito. Ver como la gente se lo toma, como la gente lo asume y como va viviendo con ello.

No es que me crea importante, es raro de explicar. Tampoco es que quiera que los de mí alrededor lo pasen mal cuando yo me muera. Es un sentimiento complejo, supongo que quieres que les afecte pero no tanto como para hacerles demasiado daño. Como dije, no soy buena en palabras, no me sé explicar. Pero no me creo rara en esto, supongo que mucha gente piensa como yo.

Una vez leí una frase que me encantó: “Cuando naces, tu lloras y todos los de tu alrededor sonríen. Vive tu vida de tal forma que cuando mueras, tú rías y todo tu alrededor llore.”

Entiendo que esta frase te anima a vivir tu vida tan plenamente, que cuando mueras seas feliz. Que hayas hecho y cumplido todo lo que querías y debías. Que estés satisfecho. Que hayas sido feliz y hayas hecho muy felices a los demás.



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