— ¿Y si te dijera que no volveré a acostarme contigo hasta que me presentes a tus amigos?
—Veamos... son las cuatro y media, seguro que están despiertos.
— ¡Oh Dios mío! Los hombres no tenéis vergüenza. Cuando no pensáis con el pito actuáis directamente en su beneficio.
Es nuestro aliado, nuestra herramienta y nuestro compañero de batalla en tiempos de escaso y solitario amor. Le debemos lealtad y agradecimiento eterno. Es algo que vosotras nunca sentiréis con vuestras tetas pese a ser lo justo.
ResponderEliminarTan cierto como la ultima frase que he publicado yo... lo justo es justo :)
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